Prevención del cáncer de cuello uterino



La mortalidad mundial por cáncer cervicouterino pone de relieve las inequidades de nuestro tiempo en cuanto a riqueza, género y acceso a los servicios de salud. Las mujeres de todo el mundo están expuestas al VPH, peo son las mujeres del mundo en desarrollo las que, durante décadas, han tenido poco o ningún acceso a la detección y el tratamiento tempranos y mueren debido a las consecuencias de la infección por este virus. 

Hoy en día, el cáncer cervicouterino es el segundo cáncer más común en las mujeres del mundo en desarrollo y la principal causa de fallecimiento por cáncer en las mujeres de la mayoría de los países en desarrollo.

“SE PREVÉ QUE PARA EL 2030 EL CÁNCER
CERVICOUTERINO CAUSE LA MUERTE DE MÁS
DE 474.000 MUJERES POR AÑO Y QUE EL 95% DE
ESTAS DEFUNCIONES TENGAN LUGAR EN PAÍSES
DE INGRESOS BAJOS Y MEDIANOS.”

En la última década, nuestros conocimientos, herramientas y capacidades para la detección y el tratamiento de las lesiones precancerosas cervicouterinas han cambiado drásticamente. La citología cervicouterina, también denominada prueba de Papanicolaou, ha sido la prueba de referencia para la detección del cáncer cervicouterino en todo el mundo. 

Esta estrategia se ha usado eficazmente en entornos de ingresos altos, pese a que sus resultados no son óptimos en lo que respecta a la identificación correcta de las mujeres con lesiones precancerosas. Esta limitación de la prueba se ha compensado mediante la realización frecuente de pruebas, la existencia de sistemas sólidos de seguimiento de las mujeres con resultados anormales y las elevadas tasas de seguimiento de las mujeres que deben volver para recibir tratamiento.



Sin embargo, en los entornos de ingresos bajos y medianos, la realización de la citología cervicouterina dista bastante de ser ideal, ya que la confluencia del rendimiento deficitario de la prueba, las limitaciones de los sistemas de seguimiento, así como las dificultades económicas y de otro tipo que impiden que muchas mujeres viajen repetidamente a los consultorios, han minimizado durante décadas el impacto de los sistemas de tamizaje. 

Hoy en día, la existencia de nuevas tecnologías alternativas a la citología cervicouterina representa un gran adelanto en nuestra capacidad de lograr una prevención eficaz del cáncer cervicouterino con independencia del nivel de recursos.


Vacunas



Se han desarrollando vacunas que pueden proteger a las mujeres contra las infecciones del VPH. Hasta este momento, se ha estudiado una vacuna que protege contra los tipos 6, 11, 16 y 18 del VPH (Gardasil®) y otra que protege contra los tipos 16 y 18 (Cervarix®).
Las guías de la Sociedad Americana Contra El Cáncer recomiendan que la vacuna contra el VPH sea administrada de forma rutinaria a mujeres entre 11 y 12 años.


Es importante entender que ninguna vacuna protege completamente contra todos los tipos de VPH causantes de cáncer. Por lo tanto, las pruebas rutinarias de detección de cáncer de cuello uterino aún siguen siendo necesarias. 

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